El 25 de septiembre de 1963 quedó marcado como uno de los episodios más trágicos de la historia política dominicana: el golpe militar que derrocó al presidente Juan Bosch, apenas siete meses después de asumir el poder. A 62 años de aquel hecho, su recuerdo sigue siendo un símbolo de la lucha por la democracia y la justicia social en el país.
Bosch, líder del Partido Revolucionario Dominicano (PRD), había sido electo en diciembre de 1962 tras la caída de la dictadura de Rafael Leónidas Trujillo. Su gobierno apostó por reformas progresistas: redistribución de tierras, fortalecimiento de los derechos laborales, transparencia en la gestión pública, impulso educativo y reducción de precios en la canasta básica.
Estas iniciativas generaron resistencia entre sectores militares, económicos y conservadores, que terminaron apoyando la acción golpista. El movimiento, encabezado por el coronel Elías Wessin y Wessin, justificó su intervención alegando una supuesta infiltración comunista en el gobierno, en un contexto de Guerra Fría y de temor tras el triunfo de la Revolución Cubana.